C0MBUST
ardieniendo en llamas
ENSAYO
Hay varias cosas que se han repetido paralelamente en la película “Las cinco obstrucciones”, en la asignatura, y en mi vida personal. La primera y la que más estrés me ha causado es el no entender qué está pasando hasta tiempo después de que haya ocurrido. “Hoy no lo entiendo pero puede que mañana sí”.
​
Esta asignatura ha sido una caja de sorpresas, incluyendo el nombre. Por “Diseño y educación” me imaginaba cualquier cosa menos lo que hemos hecho, aunque lo que sí es cierto es que he aprendido mucho sobre diseño pero aún más sobre educación. En todas las actividades que hemos hecho no era capaz de verle el sentido a lo que producía hasta que no tenía el producto final enfrente. Justamente porque como se ve en la película la creación artística es un proceso de descubrimiento donde cada nueva decisión cambia todo. Es inútil intentar seguir a rajatabla nuestra primera idea.
​
Otra conclusión que he sacado es que las cosas son mucho más sencillas cuando nos ponemos a hacerlas que cuando nos paramos a pensar en que tenemos que hacerlas. El protagonista Jorgen Leth siempre se frustra y protesta cuando termina de hablar con Lars Von Trier y escucha las nuevas obstrucciones, pero cuando llega el momento de rehacer su proyecto una y otra vez siempre acaba obteniendo buenos resultados sin problema, aunque como he dicho antes no sean fieles a su primera idea. De la misma manera yo, siendo mi propio protagonista, me tiré meses pensando que se me venía el mundo encima. Escuchaba que tenía que hacer dos páginas webs, un catálogo, y que además tenía que aprender a usar la ia y no me lo creía. No entendía cómo sin ninguna experiencia previa se suponía que debía enfrentarme a palabras tan grandes, hasta que lo hice, y no fue tan difícil.
​
Esto me lleva al siguiente aprendizaje, debemos confiar en que si trabajamos duro y le dedicamos tiempo las cosas siempre salen bien. Me he tirado horas y horas enfrente de la pantalla de mi ordenador, moviendo imágenes y texto en mi bitácora, generando cientos de imágenes en numerosas inteligencias artificiales, viendo todos los trabajos de mis compañeros y buscando información. Quizás si no le hubiera dado tantas vueltas a todo también habría obtenido buenos resultados, pero habría sido una cuestión de suerte. Me identifico con Jorgen Leth también en que ambos sentimos que un trabajo es malo cuando no nos gusta personalmente, aunque ambas cosas no tengan nada que ver. Lo he pasado especialmente mal con el proyecto personal, porque debido a las limitaciones que me ha puesto la ia y la falta de tiempo acabé tratando un tema que me hace sentir mal y con una estética que honestamente no me agrada. Y hasta haber escuchado la valoración final de mis compañeros y mis profesores no entendí que la inseguridad que me daba mi trabajo se debía a esas emociones negativas que me provocaba no parar de informarme sobre maltrato animal y sexualización de la mujer, y rodearme de colores que no me satisfacían como el rosa y el amarillo intenso.
Recuerdo también las primeras clases, en las que creía que perdía tiempo. Me encantaban, pero no era capaz de ver qué utilidad tenía lo que estábamos viendo. Ahora soy consciente de que sin haber expandido mi cultura visual y mi mentalidad respecto al diseño y a la vida de esa manera el resto de proyectos no hubieran tenido sentido. Las teóricas asentaron en mi mente conceptos imprescindibles como la importancia de lo colectivo, la influencia que tiene nuestro subconsciente en nuestro consciente, la necesidad humana de crear imágenes y relatos, y los diferentes caminos y motivaciones que pueden guiar al artista. Además de la importancia de las limitaciones, aunque el límite sea no tener ninguno. Vi con mis propios ojos que hay muchas maneras de abordar un mismo tema y que ninguna tiene que ser mejor o peor que otra.
​
Quizás no sea relevante para juzgar mi trabajo, pero sí considero que ayuda a entender mi proceso saber que los primeros meses de clase fueron casi más sesiones de psicólogo para mí. Pasé por una ruptura muy dura, ahora suena estúpido y en su momento también lo hacía. Sabía que no era una excusa pero yo me estaba muriendo por dentro. No era capaz de concentrarme en otras asignaturas. Debía reconstruirme y seguir adelante y una vez más no tenía ni idea de lo que estaba haciendo ni de cómo iba a conseguirlo. Pero llegaba a estas clases y de alguna manera todo tenía relación. Conecté con todas las películas y videos, me veía en partes de todos ellos, desde “Her” y “Jíbaro” hasta la pequeña pieza musical que vimos en clase de mujeres bailando y moviéndose en habitaciones distorsionadas donde las paredes fingían ser el suelo, yo era ellas desafiando la gravedad que me empujaba. Me acuerdo de la clase sobre “El mejor diseño del mundo”, y de pensar que todos los problemas tienen solución, aunque quizás no sea la más obvia.
​
Por todo esto me gustaría dar las gracias a Ángel y a Xavi, porque no solo me habéis hecho crecer como diseñador sino también como persona. Me he sorprendido a mí mismo y estoy orgulloso de no haberme rendido. También agradezco el honor de haber diseñado la portada del catálogo, pasé un fin de semana horrible organizando a mis compañeros y esperando sus imágenes pero mereció la pena, porque sé que la sensación que tienen ellos al tenerlo en a mano y pasarla por encima no puede ser la que tengo yo, porque aun cerrado encima de mi estantería sigue siendo símbolo de mi esfuerzo y de lo que han significado la asignatura y estos meses para mí.